Radagio (Cuento)
I
Hoy voy a contar un cuento,
se de dónde provenía,
pero como es tan profundo
si pudiera olvidaría.
Intento, cuando recuerdo
ignorarla a su venida.
Intento, cuando recuerdo
no saber su profecía.
Historia de la lluvia y el día (I) El desencuentro
Adivinanza cuento hoy
digo que son dos amigas
y que cuando ellas se juntan
se hacen las dos coloridas.
Estas dos naturalezas
mantienen y hacen la vida
a cosas verdes y vivas
calor, agua y alegría.
I
Cuenta, historia del momento,
como se conocerían,
y como se conocieron,
así la lluvia y el día.
Pero amigos tan distintos,
¿Cómo era eso que existían,
si cuando uno por fin sale,
el otro se le escondía?
II
Para el calor, y la luz,
para el sol, y para el día,
y para ese resplandor
de tu dulce melodía.
La lluvia que te mojaba,
la lluvia que se corría,
era frágil paz eterna,
era pura, era la vida.
III
El sol se te sonrojaba,
cuando la lluvia venía.
Y a la lluvia que lloraba,
el sol salía a su vida.
Alegraba dulces gotas,
al ver que su ser salía.
Dispersaban nubes negras
y contenta sonreía.
IV
Pero nunca se encontraban,
aunque ellos dos lo querían.
Porque cuando brillaba alto,
del oriente el sol salía,
lluvia, obligada por rayos
así desaparecía.
Dejándolo al sol con ganas
de poder ver la alegría.
V
Y cuando el sol reposaba,
esperándola a su amiga,
lluvia, no tan lentamente
sin espera aparecía.
Veloz, derretida y negra,
húmeda, rápida y fría,
al pobre sol tan caliente
con sus nubes lo cubría.
VI
Así nunca de este modo
pudieron lluvia y el día,
encontrarse de una vez
y decirse que sentían.
Porque la naturaleza
les es muy sabia, y gran
viva,
y a uno del otro siempre
muy lejos los mantenía.
VII
Amor, perfecto, imposible
cortés, sin melancolía.
Amor, pastoril, platónico,
el sol no resistiría.
El sol es su Garcilaso
que le escribe poesía,
ese sol, es su Quijote
que la lucha con su vida.
VIII
Hoy voy a contar un cuento,
se de dónde provenía,
pero como es tan profundo
si pudiera olvidaría.
Intento, cuando recuerdo
ignorarla a su venida.
Era lo que el sol soñaba
su amor que preso vivía.
Historia de la lluvia y el día (II) El encuentro
I
Tormenta lagrimeaba
porque no había salida,
y juntaron sol y lluvia
como tanto ellos querían.
Brillante, caliente el sol,
Gotas sonando, tan frías,
dulce olor, tierra mojada,
se juntaron lluvia y día.
II
Y el viento dispersó nubes,
imposible parecía
que al fin se unieran sus
cuerpos
que arcoíris dejarían,
como muestra de su amor
una feliz compañía.
Lo imposible es hoy posible.
¿Qué tan lejos llegaría?
III
Y todas esas pasiones,
que antes eran lo más frías,
y todos esos colores
valieron luego de días,
duros llantos y emociones.
Aunque por fin la lucía,
por un pequeñito tiempo,
a su cara, en su pupila.
IV
Y se fueron despidiendo,
allí el sol yendo se le iba,
girando y rotando en sí
y a la lluvia dejaría,
llorando, para y por
siempre,
hasta que se besarían
otra vez, como aquel tiempo
estarían, se amarían.
Historia de la lluvia y el día (III) La amistad
I
Porque aman eternamente,
lo que sueñan en la vida,
escapar uno del otro,
su amistad entretenida.
Van mirando de reojo
jugando alegre escondida,
andar buscando un poco odio,
un recuerdo quedaría.
II
Pues decidieron entonces,
que nunca se casarían,
distanciados casi siempre
seguirían con la vida.
Al destino se entregaban,
a naturaleza diga,
al futuro se lanzaban
como ya se estaba escrita.
III
Tienen a veces sus roces,
la lluvia y también el día,
colores, y tan unidos
que parecen ser hormigas.
Intento, cuando recuerdo
ignorarla a su venida.
Intento, cuando recuerdo
no saber su profecía.
Historia del día y la luna. Reticencia
I
No voy a contar el cuento,
ni sé donde provenía,
“el sol engañaba a lluvia”
y puede que algunos días,
se vea al sol y a la luna.
Pero eso es otra mentira,
ahora solo relato,
amor entre lluvia y día.
Historia de la lluvia y el día (IV) ¿Final?
I
Y felices terminaron,
no como la mayoría.
No terminaron los dos.
Felicidad, ¿Triunfaría?
¿Perder la amistad hermosa?
Que siga noche y el día.
¿Y si ellos se casarían?
Mejor de eso, uno se olvida.
II
Porque el sol como la lluvia
viven de ser compañía,
alimentan a sus amos,
pero alimentan las crías.
Siempre es y será inmutable
en la tierra, y en la
esquina,
uno calor y la luz
la otra es el agua y la
vida.
III
¿Y si en un amanecer,
a lluvia y sol casarían?
Creo que mejor que sigan
su ser, la lluvia y la vida.
¿Qué pasaría si dos
seres juntos estarían?
Aunque mucho lo deseen
nunca a ello llegarían.
Acontizzo (conté un cuento)
I
Yo hoy ya te he contado un
cuento
se de dónde provenía,
pero como es tan profundo
si pudiera olvidaría.
Intento, cuando recuerdo
ignorarla a su venida.
Intento, cuando recuerdo
no saber su profecía.
II
Conté, historia del momento,
como se conocerían,
y como se conocieron ,
así la lluvia y el día.
Corto, simple, en breves
líneas
conté, historia de una vida,
de uno, y muchos
sentimientos,
amistad y amor daría.
Este cuento, es mi historia
I
Conté mi historia de amor
que yo nunca olvidaría.
Porque cuando sale el sol,
siento que salen sangrías
por todo mi triste cuerpo,
por calor que él emitía
explota en espacios negros
un fuego de brisas risas.
II
Veo a ella tan vibrante,
tan hermosa y me cautiva,
tan brillante su cabello,
tan alegre entretenida,
tan caliente me es su cuerpo
tan perfecta tan altiva.
No conozco la pobreza
tanto es ella con la vida.
III
Cuando al fin se va esa
imagen
y llueve hacía la esquina,
yo solo me veo a mí
y una imagen que decía,
que tan frío, tan nublado,
tan lejos, tanto quería,
tan mojado, tan cansado,
todo eso me quedaría.
IV
Por eso es que le escribo a
esto que me tranquiliza.
Por eso es que hoy yo me
cuento,
y sé dónde provenía,
donde no hay ni sol ni
lluvia
noches secas de la vida.
Ni día hay, ni tormenta hay
noches secas de la vida.
V
Por eso es que en día escribo
a la morocha agonía,
contenta ella tan pensante,
que es mi pura fantasía.
Por eso es que hoy yo me
cuento,
y sé dónde provenía,
pero como es tan profundo
si pudiera olvidaría.
VI
Ojos brillantes de lejos
ven y gustan de ironía,
y aunque mi flexible forma
por nada más perdería
quizás no pueda tenerla
y sufra en triste agonía.
Por eso es que hoy yo me
cuento,
y sé dónde provenía.
Carghetto (si
mañana cuento un cuento)
I
Si mañana cuento un cuento
se de dónde provenía,
pero como es tan profundo
si pudiera olvidaría.
Que no sea el de la lluvia
la noche o tal vez el día,
porque no quiero ser más
como lluvia su llovizna.
II
Y Que no sea el del sol
y la luna tan cautiva,
yo si la quiero alcanzar
aunque me cueste la vida.
Que sea luna y estrellas
tan brillantes tan crecidas,
que siempre salen de mano
contentas siempre reían.
III
Tan brillantes tan felices
que te dan luz y alegría,
a la noche negra y triste
a la noche negra y fría.
Pero ahí es cuando doy
cuenta
que ella es la luna en mi
vida
morocha, brillante y bella
dos veces me casaría.
IV
Tan tranquila, tan sensible
tan preciosa y poesía,
yo que apunto a ser su
estrella
tantas por detrás tenía.
Y ahora soy realista
miro pobre mi argentina,
ahora me doy yo cuenta
tantas por detrás tenía.
V
Convirtiéndome en la lluvia
quedo, cuando no hay salida
sol soy, ni alcanzaré luna.
¿Qué es lo que me quedaría?
Si mañana cuento un cuento
se de dónde provenía,
pero como es tan profundo
si pudiera olvidaría.
VI
Que sea el de un cuento
alegre
si viene misma avenida,
los que hoy yo he imaginado
mismo fin acabaría.
Yo sé que no habrá razón,
para decir alegría.
Que yo estoy con una luna,
o una estrella o con su
amiga.
VII
Intento, cuando recuerdo
ignorarla a su venida.
Y me es tan dentro, profundo
que jamás lo olvidaría.
Hoy me flota por la lluvia
que inunda cuerpo marina,
sube el nivel mar de ser
emergen dentro lloviznas.
VIII
Si mañana cuento un cuento
se de dónde provenía,
pero como es tan profundo
si pudiera olvidaría.
Intento, cuando recuerdo
ignorarla a su venida.
Yo se que vendrá lloviendo
mi corazón armonía.
Vos no sos un cuento, sos más y lo voy a contar
I
¿Pero por qué sigo hablando
de cuentos y no me olvida?
¿Por qué hablo a cuentos
futuros?
Lo que siento no varía.
Desde Everest y Aconcagua,
mas que toda astronomía.
En este cuento mandás,
no me instaures la anarquía.
II
Si dijera lo que pienso
esto no terminaría.
Lluvia naces, lluvia mueres.
Aire tu cuerpo tosía.
Única sos, única mueres.
Ríos lloras de mentira.
Alta yaces en mi mente,
un te quiero resumía.
III
Y no haré más reticencia,
a sol y luna atraían.
No a historias inconclusas,
algo inconcluíble crecía.
A sin fin final abierto
que nunca me acabaría.
En realidad no es cuento.
Es una historia de vida.
Lallegro (vos sos todo y soy todo tuyo)
I
Naturaleza intocables,
el cuento de lluvia y día.
Pero vos sos más que un
cuento,
por eso, aquí no termina.
Y como yo ya te dije
en alguna poesía,
vos, tu brillo me calienta,
sos vos, sos mi sol, mi día.
II
Suave resplandor de rayos,
roja dulces mediodías
y sin mi sol y mi día,
para mí no habría vida.
Tu canto gotas que suenan
son, cuando te estás
tranquila.
Es las paz eterna, bajo
ese río, me llovía.
III
Voz, gotas que al caer suenan
cuando vos te estás
tranquila.
Paz eterna siento, en río
cuando te corre en subida.
Sos mi lluvia que titila,
naufragar a la deriva,
en balsa de sensaciones,
con tu pequeña mordida.
IV
Y tu llanto de tristeza
quiero curar, sos comida,
sin melancólica lluvia,
no podría existir vida.
Sos llovizna que te pone,
la piel veloz de gallina.
Hace que lento se suban,
pelos con lo que sentía.
V
Se endurezcan con tus roses,
pero que no me depriman.
Sos viento, refresca y sopla.
Sos luna que en noches
brilla.
Sos estrellas desde lejos,
me deslumbran y cautivan.
Sos la noche tan siniestra
misteriosa fantasía.
VI
Nubes negras que bifurcan
y decís habladurías.
Tormenta, muchos pensares,
ya no sabes hacer días.
Y sin embargo te quiero,
y te quiero estar en fila,
alegrarte, calor darte,
ser sol, poder ser tus días.
VII
Te busque, gire tu mundo
ilumine luz, resfría.
Ser lluvia, alimento en
llanto,
irónica, ser valía.
No te puedo hacer feliz,
mi llanto alimenta vida.
Ser viento, soplar cabellos,
alejar, que matarían.
VIII
Ser las nubes y tormentas,
que solas en tiempo fluían.
Que se te hagan
cuestionarte,
en realidad, en vida.
Ser estrellas y dar luz,
lucir con mi cortesía.
Pero también ser tu luna
recibir cuando podía.
IX
Todo, sos el sol, la lluvia,
nubes, tormentas, el día,
viento, la luna, la noche,
las estrellas, la llovizna.
Cuando por fin eso pase
ser naturaleza pía,
ser todo nuestro universo,
haré un arcoíris guía.
X
Nuestro momento de amor,
y sé que cuando nacía,
tendrá llanto madre lluvia,
tendrá en sus primeros días,
un arcoíris que llora,
un llanto de dulce cría.
Pero como es tan profundo
si pudiera olvidaría.
XI
Y en esta muy corta historia,
no importa quién es el día,
vos sos todo y yo también,
soy tuyo porque quería.
Importa que cuente historia,
así de lluvia y del día,
del día o quizás del sol,
va buscando a la lunita.
XII
Y nunca así ellos se
encuentran,
y otra historia parecida,
la de luna y las estrellas,
aman tanto como el día.
Y aunque éstas en sí están
juntas,
no escapándole en sangrías,
la luna Penélope es,
las estrellas, perseguían.
XIII
Y cuando una estrella la
ama,
contra muchas competía,
el sol jugaba con luna,
jugando a las escondidas.
En diferentes lugares,
y con la misma carisma.
Pero aun no te apures, que
falta para despedida.
XIV
Vos de verdad sos la luna.
Yo, un hombre en la tierra
fría.
Vos sos una viva diosa,
yo hombre en tierra me
sentía.
Sos Selene, Amaterasu,
no solo sos mi afrodita.
Vos sos el día y la luna,
yo hombre en tierra me
sentía.
XV
Mis dulces y secas lágrimas,
con la lluvia confundían.
La lluvia entonces lloraba,
mis ojos dentro llovían.
Y luna, allá arriba alumbra,
con brillo propio lucía,
una Clara luz cegante,
una Yema, cielo o día.
XVI
"No se enamora de
diosas"
dijo cómico en su herida.
Y recordó que uno debe,
adorarlas con la vida.
Por eso cuento de vos ,
tus viajes, lo que decías.
Cuento tus y mis recuerdos,
cuento mi historia nativa.
XVII
Ahora voy dando cuenta,
que antes, solo te veía
con la triste y fea
historia,
de lluvia azul y del día.
¡Qué triste me refugiaba
en noches secas de vida!
Donde no pensar en ti
fue lo que siempre podía.
XIX
Sos todo lo que rodea
para no verte tendría,
por fin, que cerrar los ojos
de una vez en ciega vida.
Y cuando se me cerraron,
en oscuridad perdida,
seguí en tu mágico rostro
dulce, suave, sostenida.
XX
Me veo en naturaleza,
el cuento de lluvia y día,
dice que te veo igual,
es el cuento de la vida.
Amigos naturaleza,
de tu vida, y de la mía,
tu algo por naturaleza,
y es porque vos sos mi vida.
XXI
Estrella de mi aventura
de mi noche sos el día
brújula oscura de cielo
la estrella perdida es guía.
es envidia de los dioses
es la Luz que se ilumina
y yo al verla ya sé porque
naturaleza, arte imita.
XXII
Y cuando se me cerraron
en oscuridad perdida,
y no vi tu dulce rostro,
supe mi fin de la vida.
¡Que llueva en nombre de
quien va!
Aprendí que lo perfecto
No existe, ni existía. Y
nunca existirá, solo en la imaginación cautiva. Mi aura se partía, me fui
lloviendo, y yo solo me moría. Y aunque demostrar la imperfección quería, la
rima no se rompía, porque en mi mente ella seguía. Acabó como acabaría, un
cuento que se cuenta, una historia muy abierta.
Finestissimo (fin)
LIIV
Hoy voy a contar un cuento
se de dónde provenía,
pero como es tan profundo
si pudiera olvidaría.
Intento, cuando recuerdo
ignorarla a su venida.
Cuenta, historia del
momento,
como se conocerían,
y como se conocieron
sentimientos y la tinta.
Autor: El Poeta Panteísta